EL NIÑO
(Publicado en Jonás y las palabras difíciles;
Madrid, Ed. Clara Obligado, 2010).
Se cierran las puertas y en el interior del vagón lo ve frente a ella, lo estudia, lo rodea de un halo indestructible, adoraría mecerlo entre sus brazos, bebé rollizo, rosado, que mira risueño a su mamá, quien cruza con ella una sonrisa para afirmar que su niño es una monada, y cuando las puertas del metro se abren la riada humana se aprieta más contra la mamá y su coche, mientras ella se acerca y con mayor firmeza rodea a la madre y al hijo, hermosura de niño con rizos albinos que escupe el chupete y hace brum brum juntando los labios que ella se muerde al sentir vacío su vientre y, a llegar a Sol, se pega al carrito que desciende al andén, y en la confusión de la muchedumbre hunde sus manos en aquel bebé y tira de él, lo arranca, y empuja con fuerza abriéndose paso sin mirar atrás; aprieta, gime y ríe absorta dejando un rastro escarlata en los gritos de la madre loca que resuenan más y más lejos porque ella corre, el bebé contra el pecho, subiendo escaleras que van a la luz.
EL NIÑO, por Mª Pilar Álvarez Novalvos.
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