DESDE EL ANDÉN

Publicado en la REVISTA "ENTRE LÍNEAS" (Miami, Abril 2014)



A Olga Martín Álvarez,
por llenar de magia la vida.



      Las puertas se cerraron; el sonido mecánico la despertó y le trajo el olor agrio del hombre que acababa de sentarse a su lado. Echó la cabeza hacia atrás, con el eterno movimiento de cada mañana. Sintió el frío cristal de la ventana que electrificó su espinazo y se apartó de los ojos cerrados unas hebras grises. Filmó con la nuca las paredes monótonas, húmedas, y los cables que en la oscuridad se sucedían sin fin hasta desaparecer a la luz de la siguiente estación. Escuchó, repetida un día más, la llegada a su destino y, con esfuerzo, se puso la cartera sobre el hombro. Al levantarse, una mujer gruesa que avanzaba a codazos se abalanzó sobre ella. Tiraba de una nena que se aferraba a  su mano como un náufrago a su tabla. Entre los empujones, la viajera vio una cabecita que avanzaba a tientas con el pelo revuelto. Bajo el cabello descubrió sus grandes ojos asustados y la miró con dulzura. En la niña se iluminó una tímida sonrisa de sorpresa.

      Antes de perderse en el tumulto, la mujer de ojos plateados miró hacia atrás. Desde el andén vio a la niña que agitaba la falda de su madre y dirigía hacia ella su dedito estirado:
     "Mamá, mira... ¿Es un hada?"

  





DESDE EL ANDÉN, por Mª Pilar Álvarez Novalvos
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