DECÁLOGO. Roberto Bolaño
Santiago de Chile, 1953 - Barcelona, 2003 |
Roberto Bolaño Ávalos, fue un escritor y poeta chileno, autor de más de una veintena de libros, entre los cuales destacan sus novelas Los detectives salvajes, ganadora del Premio Herralde en 1998 y el Premio Rómulo Gallegos en 1999, y la póstuma 2666.
Luego de su muerte se ha convertido en uno de los escritores más influyentes en lengua española, como lo demuestran las numerosas publicaciones consagradas a su obra y el hecho de que tres novelas —además de las dos ya citadas y la breve Estrella distante— figuren en los quince primeros lugares de la lista confeccionada en 2007 por ochenta y un escritores y críticos latinoamericanos y españoles, con los mejores cien libros en lengua castellana de los últimos veinticinco años.
Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas, entre ellos inglés, francés, alemán, italiano y holandés, teniendo al momento de su muerte treinta y siete contratos de publicación en diez países, y póstumamente extendiéndose a otros más, entre ellos Estados Unidos. Además el autor goza de excelentes críticas tanto de escritores como de críticos literarios contemporáneos, siendo considerado uno de los grandes autores hispanoamericanos del siglo XX, junto con otros escritores de la talla de Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, con quien suele ser comparado.
(Fuente: Wikipedia)
CONSEJOS SOBRE EL ARTE DE ESCRIBIR CUENTOS
Como ya tengo 44 años, voy a dar algunos consejos sobre el arte de escribir cuentos.
1.
Nunca abordes los cuentos de uno en uno. Honestamente, uno puede estar escribiendo el mismo cuento hasta el día de su muerte.
2.
Lo mejor es escribir los cuentos de tres en tres, o de cinco en cinco.
Si te ves con energía suficiente, escríbelos de nueve en nueve o de quince en quince.
3.
Cuidado: la tentación de escribirlos de dos en dos es tan peligrosa como dedicarse a escribirlos de uno en uno, pero lleva en su interior el mismo juego sucio y pegajoso de los espejos amantes.
4.
Hay que leer a Quiroga, hay que leer a Felisberto Hernández y hay que leer a Borges. Hay que leer a Rulfo, a Monterroso, a García Márquez. Un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Sí que leerá a Cortázar y a Bioy Casares, pero en modo alguno a Cela y a Umbral.
5.
Lo repito una vez más por si no ha quedado claro: a Cela y a Umbral, ni en pintura.
6.
Un cuentista debe ser valiente. Es triste reconocerlo, pero es así.
7.
Los cuentistas suelen jactarse de haber leído a Petrus Borel. De hecho, es notorio que muchos cuentistas intentan imitar a Petrus Borel.
Gran error: ¡Deberían imitar a Petrus Borel en el vestir! ¡Pero la verdad es que de Petrus Borel apenas saben nada! ¡Ni de Gautier, ni de Nerval!
8.
Bueno: lleguemos a un acuerdo. Lean a Petrus Borel, vístanse como Petrus Borel, pero lean también a Jules Renard y a Marcel Schwob, sobre todo lean a Marcel Schwob y de éste pasen a Alfonso Reyes y de ahí a Borges.
9.
La verdad es que con Edgar Allan Poe todos tendríamos de sobra.
10.
Piensen en el punto número nueve. Uno debe pensar en el nueve. De ser posible: de rodillas.
11.
Libros y autores altamente recomendables: De lo sublime, del Seudo Longino; los sonetos del desdichado y valiente Philip Sidney, cuya biografía escribió Lord Brooke; La antología de Spoon River, de Edgar Lee Masters; Suicidios ejemplares, de Enrique Vila-Matas.
12.
Lean estos libros y lean también a Chéjov y a Raymond Carver, uno de los dos es el mejor cuentista que ha dado este siglo.
(Fuente: Fuentetaja)
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